Autor: Jose Santos-Morocho
Sobre mí
Les contaré un poquito de mi historia: cuando fui niño, solía ser reservado, callado, demasiado analítico y muy feliz. Mamá, me recuerda como un explorador, alguien a quien le gustaba mucho desarmar cosas, investigar y analizar, eso me recuerda cada vez que tengo éxitos y fracasos, motivándome a seguir.
Yo, recuerdo que una de mis pasiones era escuchar, especialmente los problemas. Tengo tan presente en mi mente la mesa de comer de mis abuelitos “Mamita Chocha y Papá Lucho” tenían la costumbre de acogernos a todos a la hora de comer, lógico los niños en mesa aparte no teníamos opción a intervenir, opinar o preguntar en la “conversación de mayores” Creo que estas experiencias me favorecieron a desarrollar el talento para saber escuchar. Recuerdo, que en esa mesa y en diferentes espacios de la familia, en diferentes fechas y con diferentes personas se solía hablar de muchas cosas -ya saben- aquellas cosas importantes para los adultos, sí, me refiero a los famosos “problemas de la vida”
Recuerdo quedarme, escuchando las historias, las conversaciones y los “chismes” que tenían los adultos, los jóvenes y por su puesto los niños. Tenía curiosidad de entender las múltiples maneras de pensar, sentir y actuar de las personas. Pero, sobre todo, me preguntaba ¿Por qué sufrían? ¿Por qué tenían tantos miedos, frustraciones y traumas? ¿Qué podría hacer Yo, para ayudarles? ¿Cómo podría decirles que si hay solución?
El motivo
Recuendo que durante mi infancia, entre mis historias favoritas, estaba la historia de vida de mi Padre, el gran hombre. Que tuvo que hacer un viaje hacia la eternidad, sin querer, ahora entiendo que fue a raíz de un “problema”
Mi mamá me conto que cuando Yo aún estaba en su vientre, mi Padre fue asesinado. Mamá entre sus tristezas narraba que para ella fue muy duro y difícil afrontar la realidad, me contó que había recibido ayuda Psicológica. Mi mamá, siempre me decía que hablar y contar los problemas, las tristezas y los miedos hacia bien el alma.
Efectivamente, así era, recuerdo que siempre que tenía problemas me hacía bien hablar.
Entonces, con el paso del tiempo me iba convirtiendo en confidente de muchas personas. Ahora me doy cuenta, que fueron esas experiencias que formaron en mi la vocación de querer especializarme en Psicoterapia Clínica.
La vocación
Ya en la Facultad de mi Alma Mater, confieso que fue una de las mejores decisiones de mi vida. Particularmente, les cuento que fue muy duro aprender la clínica y entrenarme como psicoterapeuta. Aún, recuerdo a uno de mis maestros, quien cierto día me dijo: “la persona no es solo un enfermo, es también anhelos, esperanza y vida para muchos. Por tal motivo, debes hacer todo por analizar sus problemas y lograr que los entienda, a partir de eso, tu paciente podría vivir bien y aprender a gestionar sus dificultades, para que a su manera sea feliz…” Por otro lado, me acuerdo de mis primeros pacientes a quienes guardo estima, admiro su prosperidad y su bienestar actual. Es increíble ver como una persona agobiada por sus problemas, triste y enferma, posteriormente y luego de recibir tratamiento psicoterapéutico puede llegar a convertirse en ser humano excepcional, de éxito y feliz.
El éxito
Entre el éxito de mi trabajo y profesión, llevo ya más de 10 años ejerciendo la Psicoterapia Clínica, y con ella he logrado restaurar y llevar verdaderos retos en la intervención y rehabilitación mental de mis pacientes. Y puedo decirte con seguridad, que nada es imposible, ningún problema dura eternamente, cuando trabajas y decides entrenar tu mente, de la mano de un profesional como Yo. Anímate, y busca ayuda a tiempo, estoy para ayudarte.
La psicoterapia
La psicoterapia aun en nuestra sociedad ecuatoriana es nueva, las personas no suelen invertir en la Salud Mental, puede ser por prejuicios sociales, por viejas creencias y costumbre, etc. Sin embargo, en los últimos tiempos, la necesidad de asistir a psicoterapia ya es un estilo de vida y una decisión personal. Es meritorio contarles que quienes han asistido a mis Psicoterapias dan fe de su efectividad, pero es necesario decir que, tener un nuevo estilo de vida, una mente actualizada no es fácil ni tampoco los resultados son inmediatos, todo es un proceso, sobre todo comprender y entrenar la mente.
La docencia
Les tengo que contar, también que, apenas me gradué, tuve la oportunidad de ser profesor universitario, vocación que la llevo con cariño y agrado hasta mi existir presente. El ser docente, me dió la oportunidad de investigar y escribir libros y artículos científicos sobre: Psicología humana, Salud Mental y Bienestar Psicológico, además, me permitió alcanzar grados académicos que soy honrado de poseerlos y poner al servicio de la sociedad.
El ser profesor, me permitió enseñar y aprender. Durante el ejercicio docente he formado y entrenado a las mejores personas, a quienes admiraba y era testigo de su crecimiento profesional, hoy colegas. Además, he podido formar a mis estudiantes en diferentes universidades del Ecuador, utilizando la “Mediación Pedagógica” y a quienes hasta la fecha sirvo con humildad, calidad y calidez.
Mis pasiones
Otras pasiones que tengo son: la música, la lectura, escribir, la meditación y el ciclismo. También, me gusta el campo, la naturaleza, la tierra, el agua, las flores de colores, comer y la radio. Es decir, me gustan todas las actividades que implique escuchar y disfrutar.
La persona
Como persona, aún sigo aprendiendo de mi prójimo, considero que debo ser infinito en este fugaz momento llamado vida, y también pienso que es necesario salirse de la zona de confort para reconocerse, amarse y aceptarse.
Mis raíces, son de origen indígena, es mi cultura que lo llevo por derecho y convicción. Mi ideología se basa en el pensamiento complejo crítico y analítico, me gusta la política y la democracia con obligaciones compartidas, soy católico, pero no adoctrinado. Como buen ecuatoriano, me entrené para dejar a un lado la “viveza criolla”, soy apasionado, sonador y emprendedor. Jamás, estaré de acuerdo con la injusticia y la mediocridad.
Mi intención, es seguir haciendo lo que me apasiona, siempre que la vida, mi ser superior me dé la oportunidad, mientras eso suceda, seguiré sirviendo a las personas, para enseñar y aprender, para ayudar y restaurar su Salud Mental y de esta manera, brindar todo mi conocimiento para que mis pacientes gocen de Salud y Bienestar.